Desclasificación de garajes
¿Por qué es necesaria?
Esta justificación tiene una doble finalidad:
- Garantizar la seguridad de las personas y las instalaciones frente a incendios o explosiones.
- Evitar la aplicación de los exigentes requisitos ATEX, que implican el uso de equipos especiales, cableado antideflagrante y revisiones periódicas más costosas.
Por eso, disponer de un informe de desclasificación se ha convertido en un requisito habitual para superar las inspecciones de los Organismos de Control Autorizados (OCA) y para la tramitación ante las administraciones autonómicas de industria.
¿Cómo se realiza la desclasificación?
El técnico proyectista analiza la ventilación del garaje y justifica, mediante planos y cálculos, que se garantiza una renovación suficiente del aire para mantener las concentraciones de gases por debajo del límite inferior de explosividad (LIE).
Para ello se aplican los criterios del CTE-DB-HS3 y la UNE 100166, distinguiendo dos tipos de sistemas:
▪ Ventilación natural
Se disponen rejillas permanentes en fachadas opuestas, equivalentes al 2,5 % de la superficie del local, garantizando recorridos de aire menores de 25 m. En garajes pequeños se permite una solución más simple, con aberturas superiores e inferiores separadas al menos 1,5 m.
▪ Ventilación forzada
Se instalan conductos de extracción y detectores de monóxido de carbono (CO).
Los ventiladores se activan automáticamente cuando se alcanzan 50 ppm de CO (si hay personal) o 100 ppm en caso contrario.
El sistema debe garantizar un caudal mínimo de 18 m³/h por m², valor que asegura tanto la calidad del aire como la eliminación de vapores combustibles.
Si los resultados del estudio confirman que el riesgo potencial es nulo, el ingeniero emite el informe de desclasificación, que pasa a formar parte de la documentación de la instalación eléctrica.
Mantenimiento y seguimiento
El titular de la instalación debe mantener la ventilación en las condiciones que motivaron la desclasificación, realizando revisiones periódicas y limpieza anual de rejillas, conductos y extractores.
Real Estate
¿Cómo se realiza la desclasificación?
El técnico proyectista analiza la ventilación del garaje y justifica, mediante planos y cálculos, que se garantiza una renovación suficiente del aire para mantener las concentraciones de gases por debajo del límite inferior de explosividad (LIE).
Para ello se aplican los criterios del CTE-DB-HS3 y la UNE 100166, distinguiendo dos tipos de sistemas:
▪ Ventilación natural
Se disponen rejillas permanentes en fachadas opuestas, equivalentes al 2,5 % de la superficie del local, garantizando recorridos de aire menores de 25 m. En garajes pequeños se permite una solución más simple, con aberturas superiores e inferiores separadas al menos 1,5 m.
▪ Ventilación forzada
Se instalan conductos de extracción y detectores de monóxido de carbono (CO).
Los ventiladores se activan automáticamente cuando se alcanzan 50 ppm de CO (si hay personal) o 100 ppm en caso contrario.
El sistema debe garantizar un caudal mínimo de 18 m³/h por m², valor que asegura tanto la calidad del aire como la eliminación de vapores combustibles.
Si los resultados del estudio confirman que el riesgo potencial es nulo, el ingeniero emite el informe de desclasificación, que pasa a formar parte de la documentación de la instalación eléctrica.
Mantenimiento y seguimiento
El titular de la instalación debe mantener la ventilación en las condiciones que motivaron la desclasificación, realizando revisiones periódicas y limpieza anual de rejillas, conductos y extractores.
